30 de mayo de 2025. César Lorente Venteo. La Voz de Almería. PEQUEALMERÍA.

En muchas asociaciones de madres y padres de Almería, la pregunta es recurrente: ¿estamos siendo lo suficientemente inclusivos? Desde FAPACE, la Federación de Asociaciones de Familias del Alumnado de Centros de Educación Pública de Almería, lanzan una invitación a revisar la forma en la que las AMPA se relacionan con la diversidad cultural presente en las aulas.

“¿Las familias migrantes se sienten parte activa de las AMPA? ¿Nos comunicamos de forma efectiva con ellas?”, se preguntan desde la federación. “Quizás sea momento de analizar no solo lo que nos separa, sino también lo que tenemos en común”.

Un mundo diverso

La reflexión parte de una certeza: los centros educativos son el reflejo de una sociedad diversa y global. Y esa pluralidad, lejos de ser un obstáculo, constituye una fuente inagotable de aprendizaje. “Para desarrollar verdaderos proyectos interculturales necesitamos cambiar la mirada. La suma de culturas siempre es igual a riqueza educativa y social”, apuntan desde FAPACE.

Los recursos existen, aunque muchas veces son desconocidos. Uno de ellos es el aula ATAL, dirigida al alumnado que llega sin dominar el idioma. También el plan de acogida, que facilita la adaptación al nuevo entorno escolar y social. En el ámbito asociativo, FAPACE ofrece a las AMPA herramientas como la guía de AMPA acogedoras, pensadas para facilitar la inclusión real de todas las familias.

Y es que en los centros ya hay ejemplos inspiradores. La AMPA Oasis del CEIP Teresa de Jesús tiene escrito “¡Hola!” en varios idiomas para dar la bienvenida en su entrada. En el CEIP Ángel Frigola de La Mojonera, cada año celebran una feria de naciones con gastronomía, danzas y trajes típicos. Las AMPA Acueducto y Platón, en Vícar, llevan años traduciendo sus comunicaciones para asegurar que nadie quede al margen de la información.

La propuesta de FAPACE va un paso más allá: ¿podría la interculturalidad formar parte de todas las efemérides educativas? “Bastaría con preguntar si se celebra algo similar en otras culturas y compartirlo”, afirman. Así, por ejemplo, el Día de Andalucía podría enriquecerse acompañando la clásica tostada con aceite con un pastel húngaro, sumando sabores y tradiciones en una celebración común.

“Tenemos en nuestros centros el mejor recurso para organizar actividades: las personas”, recuerdan desde la federación. Y concluyen con una cita de Antoine de Saint-Exupéry que resume el espíritu de esta visión: “El que es diferente a mí no me empobrece, me enriquece”.

Los colegios están llenos de mochilas cargadas de historias. Démosles la bienvenida. Porque el bienestar de una sociedad empieza por el respeto a las diferencias. Y la educación, como siempre, tiene la llave.

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